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Las
telenovelas de la Globo: pensamiento
e mirada de José Marques de Melo
Entrevista
de José MARQUES DE MELO a Mario NIEVES*
El
profesor José Marques de Melo es una figura muy relevante
en el ámbito académico brasileño. Relevante
por su magisterio y relevante por sus aportes al pensamiento
sobre los medios. Su obra más difundida, Comunicación
social: Teoría e Investigación, es un obligado
referente. Es autor además de Para una lectura crítica
de la comunicación, entre otros textos imprescindibles.
En 1988 publicó en São Paulo As telenovelas da
Globo, cuyo examen permite un acercamiento al interesante universo
de la producción y exportación de uno de los productos
emblemáticos de las industrias culturales "catarsis
colectiva" para definir la naturaleza del impacto, en Brasil,
de las telenovelas, "una tregua en el ritmo de vida intenso
de las grandes ciudades o en la monotonía de las suburbios",
cuyo éxito "corresponde a una planeada estrategia
de marketing...
El
secreto de su éxito está en la potencialmente
fiel a un tipo de programación capaz de complacer los
deseos de diferentes niveles etáreos y socioeconómicos".
El maestro Merques de Melo ha sido el primer investigador brasileño
en acercarse con fines académicos a la telenovela, cuando
a nadie se le ocurría hacerlo por ser considerada blasfema.
Su primera intención fue entender las razones del gran
consumo popular de la telenovela. Uno de sus estudios más
reveladores está relacionado con el papel de la prensa
en la legitimación de la telenovela, a pesar de grandes
reservas y rechazo de influyentes sectores como el de los intelectuales.
Tal es a grandes rasgos su interés por un fenómeno
que continua siendo un tema pendiente en su trayectoria porque,
según su propia percepción "es el producto
de mayor importancia en la industria cultural da América
Latina y ha sido poco estudiada por os intelectuales".
En las líneas que siguen, reproduzco la charla que sostuve
en español con el profesor en São Paulo.
MN: Un libro suyo hace años continúa siendo leído
como si sus palabras fueran de ayer. ¿Cuáles son
sus claves?
JMM:
Este libro sobre las telenovelas de la Globo hay sido parte
de un largo proyecto sobre el análisis de la telenovela
en Brasil, al cual me he dedicado desde la década de
los sesenta. Yo he sido el primer académico brasileño
en hacer investigación sobre las telenovelas. En aquel
entonces nadie las estudiaba. En la academia la telenovela era
considerada lo peor de la basura. La telenovela, los cómics
y esos productos todos. Yo empecé mi trayectoria en primer
lugar intentando elucidar la cuestión de por qué
a la gente le gustaban las telenovelas, por qué había
llegado a ser un producto de gran consumo popular. Como tú
sabes, la historia de la telenovela brasileña tiene varias
fases, pero el año 64 es clave para entender la difusión
de la telenovela brasileña. Hasta 64 las telenovelas
no era popular. Era más bien un producto para elites,
para grupos de las case medias...
MN: ¿Qué relacíon hay entonces entre los
acontecimientos de 1964 y la telenovela en Brasil?
JMM:
Mira: hubo un golpe de Estado en Brasil, los militares tomaron
el poder. João Goulart era el presidente. Fue derribado
del poder. Los militares lo tomaron l y lo sustentaron durante
más de veinte años. Entonces a partir de 1964
se impuso al Brasil una ley marcial en que los partidos políticos
no podían funcionar, la gente no podía estar en
las calles. Claro, eso después fue restablecido a través
de controles. Pero los años 64 y 65 han sido años
de desactivación política del país. La
gente no salía de las casas. Y consecuentemente se da
el fenómeno de que los hombres tenían que quedarse
con su familia en las casas porque no podían ir a los
bares, a los recintos callejeros para hablar de política
y otras cosas. Entonces empezó la telenovela como una
distracción de la población brasileña.
En
el año 66 yo hice la primer investigación para
intentar comprender por qué la telenovela apasionaba
a las mujeres. Porque entonces se decía que la telenovela
era un divertimiento de mujeres. Y cuál no fue mi sorpresa
verificar que las mujeres decían entre líneas
que también los hombres veían las telenovelas.
No era un producto de consumo netamente femenino, sino familiar.
Esa investigación está publicada en mi primer
libro, que fue lanzado en el año 70. Se llama Comunicación
social. Teoría e Investigación y fue publicado
largamente. Ha sido un best seller académico. Se han
vendido más de veinte mil ejemplares en todo el país
durante varios años. Hubo un momento en que no autoricé
la reproducción porque me parecía que las investigaciones
estaban cerradas, o sea que no tenían ya validez para
la realidad que vivíamos.
MN: ¿Y no ha hecho una revisión del libro?
JMM:
Yo no hago revisiones de libros. Yo no hago libros didácticos.
Libro revisado es el libro que se hace para los estudiantes.
Yo nunca he escrito un libro didáctico. Yo escribo ensayos,
yo publico investigaciones, pero no lo he revisado. Prefiero
sacarlo de circulación y escribir nuevos libros antes
que haces revisiones. Cuando uno hace, produce libros que son
textos para estudiantes, hay que revisarlos. Yo tengo ganas
de escribir libros de texto, pero no he tenido tiempo ara eso.
Las
telenovelas se convirtieron en un gran éxito en todo
el país. La Rede Globo empezó a producir telenovelas
y se ha convertido en un producto de consumo popular intensivo,
no solamente en el país sino en el exterior con la exportación
. Entonces regresé a la telenovela en un libro de los
años ochenta, casi veinte años después,
como parte de un proyecto de UNESCO, que ha creado un equipo
internacional para estudiar la ficción, el flujo internacional
de la ficción televisiva. Entonces volví estudiar
la telenovela en Brasil, un poco la historia, el proceso de
producción y como parte de ese proyecto publiqué
aquel libro que se llama As telenovelas da Globo. Y volví
al tema de las telenovelas bajo otras perspectivas. También
participé de otro proyecto internacional.
Yo
integré un grupo multinacional creado en Estados Unidos
con participación de Brasil, por la Fundación
Rockefeller, para estudiar el impacto de las telenovelas en
los movimientos poblacionales brasileño. Se sostenía
una tesis de que la telenovela había influido en el descenso
poblacional de Brasil. Algo distinto del caso de México,
en el que la telenovela no ha tenido influencias. Y en México
había telenovelas pro demográficas (se refiere
al proyecto desarrollado por Miguel Sabido en Televisa). Y aquí
nunca las hubo. Pero esa investigación fue hecha durante
casi cinco años y yo trabajé el tema de la legitimación
de la telenovela por parte de la prensa. Porque en la década
del setenta telenovela era basura. En los años noventa
la telenovela ya se ha convertido en algo aceptado...
MN: ¿También entre intelectuales?
JMM:
Los intelectuales la soportan, no la aceptaron nunca. Pero por
lo menos la prensa diaria empezó a poner la telenovela
en la agenda de los noticieros. Entonces yo estudié,
he hecho un largo proceso de análisis histórico
entendiendo cómo la prensa tomaba la telenovela como
objeto de su agenda diaria. He hecho el examen de cuatro décadas,
un largo estudio entendiendo cuáles han sido las principales
telenovelas, las más populares, las que tenían
mayor rating y correlacionando este éxito con su presencia
en la prensa: diarios, revistas especializadas, incluso las
revistas llamadas del corazón, que son revistas dedicadas
a los televidentes.
Este
estudio fue ya financiado por la Fundación Rockefeller
y se va publicar en México dentro de poucos meses en
la revista Estudios de Cultura Contemporánea de la Universidad
de Colima.
Entonces
esa es un poco la historia de mi interacción con la telenovela.
La telenovela sigue siendo un tema pendiente en mi trayectoria
porque me parece que es el producto de mayor importancia en
la industria cultural de América Latina y ha sido poco
estudiada por los intelectuales. Cuando yo fui decano de la
principal escuela de comunicación de este país,
que es la Escuela de Comunicación de la Universidad de
São Paulo, yo desafié mi comunidad creando allí
un núcleo de investigaciones de telenovela.
He
tenido oposición de todas las partes, pero hoy es el
núcleo más productivo que tiene la universidad.
Congrega por lo menos veinte investigadores con proyectos de
gran relieve y yo traté de acoger en este núcleo
a los principales profesores: Anamaria Fadul y todo su equipo.
Era un equipo chiquito entonces, porque nadie se atrevía
a estudiar la telenovela por prejuicios intelectuales, ideológicos.
Pero
hoy la telenovela se convierte en objeto de estudio en Brasil,
después que fue legitimada en el extranjero. Primero
los franceses, los belgas, los holandeses, los norteamericanos,
estudiaron la telenovela brasileña. Y después
los brasileños.
MN: ¿Fue legitimado el fenómeno dela telenovela
en cuanto género o fue legitimada
la telenovela brasileña, que es un producto de mayor
calidad?
JMM:
Yo creo que fue legitimada la telenovela en cuanto formato comunicacional,
formato ficcional televisivo. Porque no e estudia solamente
la telenovela brasileña. También la mexicana.
Aunque el prejuicio que tenían los intelectuales con
relación a la telenovela, hoy lo transfieren para la
telenovela mexicana. Entonces, cuando hacen comparaciones entre
la telenovela brasileña y la mexicana no tratan de entender
los entornos culturales. O sea, la telenovela como cualquier
producto cultural masivo correspondo a la sociedad en que uno
vive.
MN: Permítame un comentario. Las telenovelas mexicanas
por naturaleza son excesivamente melodramáticas, a diferencia
de las brasileñas que se distinguen por otras razones.
Argos Televisión en el mismo contexto social produce
telenovelas con una visión distinta a los melodramas
de Televisa, reflejando la realidad mexicana con una gran fuerza
y con enorme aceptación . ¿No le parece a usted
que es un problema también de enfoque, de apropiación?
JMM:
No solamente eso. Es un problema a mi juicio cultural. México
es un país muy tradicional, donde la cultura española
todavía muy fuerte y el conservadurismo de las capas
medias, sobre todo de las capas populares, es muy fuerte, un
poco diferente de la cultura portuguesa en Brasil y de la modernidad
que Brasil ha tenido en el siglo XX. Entonces hay que evaluar
la telenovela como otros productos en relación con la
cultura. Claro que México está avanzando, y la
telenovela también. Pero es un proceso. Por ejemplo:
hoy la telenovela brasileña ha rescatado mucho el melodramatismo
de la telenovela mexicana.
Sí,
porque ha avanzado demasiado, pensando más en la exportación
y ha perdido audiencia aquí. Entonces trataron de mexicanizar
la telenovela brasileña. Por ejemplo, la telenovela que
está ahora en el aire, que tiene 54 por ciento de rating
diario - se llama Lazos de Familia -, es un melodrama típico,
muy bueno hecho. Claro que el nivel de avances comportamentales
de la sociedad brasileña permite que la telenovela presente
ciertas cuestiones que para la cultura mexicana no serían
aceptables, ciertos tabúes. No hay que avaluar con si
fueran los brasileños mejores que los mexicanos. Somos
iguales. O sea, repetimos la sociedad en que vivimos. Por ejemplo,
en los otros países de América las telenovelas
brasileñas no son vistas por las capas populares. Estas
prefieren las telenovelas mexicanas.
Por
eso Brasil ha tenido que combinar también sus telenovelas
para exportar. Porque quiere exportar por las capas populares
de América Latina. Ahora están produciendo telenovelas
en formato mexicano de Estados Unidos, Globo ahora está
produciendo telenovelas para el mercado hispánico de
Norteamérica. Y ha importado incluso profesionales mexicanos
para adaptar a sus formatos las telenovelas brasileñas.
MN: Entonces, ¿piensan colocarse a la par en el mercado?
Hasta hoy México lleva gran ventaja sobre Brasil.
JMM:
Si, tienen más penetración, pero los brasileños
ahora están en todo el mercado norteamericano con el
formato mexicano. O sea los mismos folletines hechos aquí
están siendo adaptados. Entonces hubo contratación
de profesionales de Televisiva, para trabajar con Globo.
MN: ¿Podría usted trazar un perfil de la telenovela
en América Latina? Qué distingue la producción
de cada país en particular? ¿México, Brasil,
Venezuela, Perú, Colombia, Argentina, Cuba?
JMM:
Yo confieso que no soy un especialista en telenovelas. Sería
temerario hacer una apreciación de esa naturaleza. Lo
que puedo decir a trozos general es lo que he leído en
la bibliografía, no solamente en la bibliografía
específica académica sobre telenovelas, sino un
poco también en la literatura periodista. Yo afirmo que
hay un padrón o modelo de telenovela latinoamericano.
O sea, que va desde México hasta Argentina. ¿Porque
este modelo fue generado en México y Cuba. En Cuba básicamente
con la radionovela. Félix Caignet fue tal vez el autor
paradigmático en los cuarenta-cincuenta. Entonces este
modelo fue generado allí, como fruto de un mezclaje entre
el folletín francés el siglo XIX que era popular
en todo el continente, con la Soap Opera norteamericana. Un
cruzamiento de la cultura europea con la cultura norteamericana.
Entonces esa latinoamericanización del melodrama generó
la radionovela y después la telenovela. La llamamos aquí
novela. ¿ Cuándo entró? Al Brasil, por
ejemplo, llegó tarde, porque la telenovela, la radionovela
cubano-mexicana, el formato llegó aquí a través
de Argentina. Fue importado de Argentina. O sea, hubo una influencia
hispánica en Brasil en este campo. Entonces, nuestra
telenovela no es original. Es una importación cubano-mexicano-argentina.
Nosotros
llegamos a un padrón que hoy se le llama brasileño
porque Brasil ha tenido una decisión estratégica
de producir televisión al nivel de lo norteamericano,
televisión en general. O sea, los formatos de la televisión
brasileña son los formatos de la televisión norteamericana:
calidad, velocidad y todo eso. Que no son más norteamericanos,
pues ya constituyen un patrón universal. Los norteamericanos
exportaron su modelo todo el mundo y lo convirtieron en un formato
universal. Entonces Brasil se ha acercado más a este
modelo de mercado, mientras que los países hispánicos
se han quedado durante todo el tiempo todavía vinculados
a los viejos patrones elitistas europeos. Incluso México.
Pero todos son países que han demarcado mucho la presencia
de la influencia anglo-italiana.
Brasil
ha creado su modelo de telenovela justamente de los ochenta
hasta ahora. Porque hasta los setenta nuestro modelo era viejo
modelo melodramático. ¿Por qué Brasil tiene
un patrón distinto de telenovela? Distinto y de más
calidad, más calidad que la soap opera norteamericana
y, el folletín europeo. Porque nosotros tuvimos una coyuntura
que fue favorable para la industria cultural brasileña.
Nosotros tenemos una industria cultural de mejor calidad porque
hemos tenido una asimilación de intelectuales de alto
nivel para la producción de televisión, a diferencia
de Estados Unidos donde los productores de televisión
no tienen gran nivel intelectual.
Hablo
de televisión, no de cine, porque en cine hay toda una
influencia de la academia para mejorar la calidad. El caso brasileño
justamente fue generado por el golpe militar del 64. La mayoría
de los grandes intelectuales brasileños ha sido impedida
de producir en el teatro, en el cine, o sea los medios tradicionales
de comunicación cultural para las elites. Y para sobrevivir
los que no se fueron al exilio tuvieron que aceptar empleos
en las industrias culturales. Y entonces la Red Globo ha sido
una organización que ha tenido sensibilidad para absorber
en su mercado esos profesionales.
MN:
¿Y el impacto de la censura?
JMM: Globo fue la empresa más censurada de ese régimen.
Que es contradictorio, porque también fue la empresa
que ha respaldado el crecimiento del régimen. Es una
situación muy contradictoria y compleja.
MN: ¿Cómo se aplicaba la censura?
JMM:
Bueno, la censura era hecha por la Policía Federal. Había
una división nacional de censura que no fue implantada
por los militares. Ya la teníamos desde la dictadura
de Vargas. Los militares sólo la endurecieron. Entonces,
cualquier producto que sería presentado en la televisión
o en el cine tenía que ir a Brasilia para recibir el
permiso de los censores. Primero se presentaba el guión.
Ese era el principio del proceso. El guión podía
ser aceptado a no. Y después examinaban la producción
por bloques de capítulos. Y hacían los cortes
que querían, decidían qué salía
o qué no salía...
MN: ¿Cómo fue el caso de Roque Santeiro?
JMM:
Ese ha sido el caso más extremo de censura. El guión
había sido permitido. El autor, que era Dias Gomes, un
dramaturgo de la mejor calidad, que era miembro del partido
comunista en Brasil. Por tanto era muy vigilado por la censura.
Sus obras teatrales no podían ser presentadas en ningún
sitio. Y una de ellas era prohibida totalmente, La cuna del
heroísmo, porque trataba de un militar de la Segunda
Guerra Mundial.
Y la cuestión de los militares era un tabú para
ellos. Él ha tomado el argumento original y escrito una
telenovela, pero sin aludir a la cuestión militar. Transfirió
el argumento al ámbito de la religión. O sea,
ha creado un taumaturgo. Entonces, Roque Santeiro era un santo.
Y así los censores aceptaron la telenovela y el ritual
fue seguido: el guión presentado, los primeros capítulos...
Pero
el día de la inauguración de la telenovela vino
la prohibición total. Como ellos vigilaban todos los
pasos de Dias Gomes, un día el escritor había
llamado a un gran historiador brasileño, otro viejo miembro
del partido comunista y charlando en el teléfono él
le va haciendo un chiste diciendo "bueno, esos tontos militares
permitieron que mi telenovela saliera al aire..." Y resulta
que los militares tenían los dos teléfonos bajo
control. A partir de ahí ellos fueron invadidos por un
odio tremendo a Roque Santeiro, a Dias Gomes y a Roberto Marinho
que lo había permitido.
MN: Años después lograron transmitirla. Hasta
que no se fueron los militares no fue colocada en la pantalla.
Esta telenovela es simbólica en relación con el
desarrollo democrático de Brasil. Fue la primera telenovela
exhibida en el periodo democrático, con el gobierno de
José Sarney, cuando ya teníamos un gobierno civil.
Y el contexto, el trasfondo de la telenovela era la muerte de
Tancredo Neves. Dias Gomes ha hecho la misma historia del Brasil,
la caricatura de Brasil en esa telenovela. Ha tenido rating
de 80 por ciento. Una cosa muy impresionante. Ha sido la telenovela
de mayor audiencia en la historia.
MN: ¿Para qué pueden servir las telenovelas, además
de entretener?
JMM:
La telenovela se ha convertido en un producto típico
de la televisión brasileña. Se ha convertido en
el forum de debate de la sociedad brasileña. Hoy los
problemas sociales brasileños son discutidos en las telenovelas
y nadie vive en este país sin seguirlas. ¿Por
qué? Porque la telenovela trata de rescatar los temas
de interés a través de un proceso de planificación
científica. Las emisoras preparan la obra con mucha anticipación;
primero examinan qué va a ocurrir dentro de un año
o dos, cuáles serán las tendencias de la preferencia.
Toda una ingeniería muy segura.
Y después hacen investigaciones constantes. Primero el
rating, después las discusiones en grupos focales. Los
productores de telenovelas son esclavos de la audiencia. La
telenovela brasileña es una obra de autor, a diferencia
de la telenovela mexicana que nos es de autor. Aquí el
autor tiene un peso muy grande, pero hay que negociar con la
audiencia. Hay que seguir las pautas y las demandas de la audiencia.
La gente trata lo que la gente quiere. Es una especie de espejo
de la sociedad brasileña.
MN: ¿Y qué valor concede a la prensa en este proceso?
JMM:
El estudio que he hecho me permitió llegar a la conclusión
de que la mediación hecha con la sociedad se da a través
de la prensa, porque esta trata diariamente el tema de las telenovelas.
Es un hecho noticiado y la prensa trata de dejar testimonio
de los conflictos que la telenovela provoca. Ahora, por ejemplo,
esa telenovela que está al aire (Lazos de familia, TV
Globo, octubre de 2000) tiene un gran conflicto con la iglesia,
porque tendremos dentro de pocos días un matrimonio.
Los matrimonios tradicionalmente se filmaban dentro de una iglesia
católica y los obispos alquilaban las catedrales para
eso.
Pero
ahora el Cardenal de Río de Janeiro, que es un cardenal
considerado conservador, ha negado permiso alguno para filmar
la telenovela porque va a haber un matrimonio de una joven que
ya está embarazada y además robó el novio
de su madre. Él dice que quiere evitar el uso de la iglesia.
Su argumento tiene que ver con el uso, no con el contenido.
Plantea ¿por qué no se hacen los escenarios dentro
de la emisora y ahí tienen su iglesia? De manera que
hay un problema y están tratando de negociar y ver qué
pueden hacer, pero la prensa cubre eso diariamente y la población
condena al cardenal.
Son
problemas de esa naturaleza. Cada telenovela va avanzando con
la discusión de las cuestiones sociales. Ésta
telenovela está centrada en el amor entre una mujer ya
madura y un joven. Una mujer de cuarenta o cincuenta años
con un joven de veinte y pocos años. Aborda varios otros
problemas, el problema del incapacitado, el problema de la prostitución
de lujo.
Ahora
la figura central de la telenovela es una prostituta que es
conocida aquí en Brasil como garota de programa, o sea
que no está en la prostitución abierta, pero frecuenta
los congresos para llevar a los congresistas a la cama y gana
mucha plata. Es un problema muy crucial en Río de Janeiro.
Todos estos temas son tratados por la telenovela con mucha claridad.
Y otros problemas sociales. La telenovela brasileña tiene
un papel muy educativo, en el sentido de que presenta soluciones
para problemas de salud, de adaptación.
Si
yo tuviera que definir la telenovela brasileña, diría
primero que es un producto de diversión; toda la gente
busca la telenovela para divertirse. Pero a la vez se informa,
ya la telenovela tiene más credibilidad que el telediario.
Incluso los temas. Ahora hay elecciones municipales y las telenovelas
incorporan referencias directas a los comicios para los alcaldes.
Y también es un producto de elevación del nivel
cultural de la población: induce a la gente a ir al teatro,
al cine, a leer libros. Eso es lo que se llama merchandising
social.
Otro
dato interesante sobre la telenovela brasileña es que
es hoy el producto principal en el horario estelar. Todas las
cadenas de televisión tienen telenovelas en esa franja.
Van desde las siete hasta las diez, de seis a diez. Es un periodo
muy largo.
MN: ¿La gran novela de Brasil a qué hora sale
al aire?
JMM:
La de la Globo es siempre entre 8:30 y 9:30. Tiene el telediario
antes. Todas las cadenas producen y compiten unas con las otras.
Entonces hay una competencia en el mercado de las telenovelas.
Producen para el mercado nacional y las exportan también.
Hoy la telenovela es un tema importante de la investigación
académica. Hay docenas de tesis de maestría y
doctorado sobre telenovelas. Incluso hay en la Sociedad Brasileña
de Ciencias de la Comunicación un grupo permanente solamente
dedicado a las telenovelas.
MN: Hablemos de Globo, tema obligado cuando se piensa en televisión.
JMM:
No se puede hablar de Globo como si fuera sólo televisión.
Su fase más visibles es la televisión, pero Globo
es la gran empresa periodística o mediática que
empezó con el periódico. Empezó con un
periódico en la década de los veinte, en Río
de Janeiro. Roberto Marinho , que es su propietario, lo heredó
del padre que murió muy tempranamente.
Tendría
unos veinte y pocos años cuando heredó el periódico.
Es un diario que ha ganado credibilidad en Río de Janeiro
como periódico popular, no populista, no sensacionalista.
Un periódico para las clases medianas bajas. Y ganó
credibilidad y a partir de ahí se fue expandiendo en
los años sesenta con emisoras de radio. Después
el presidente Juscelino Kubschek les brindó una concesión
para explotación de un canal de televisión, que
comenzaron en los años sesenta. Fue una empresa que se
preparó para la modernidad. Es un grupo familiar fuerte,
con capital propio, evidentemente usando los préstamos
del Estado, pero una empresa sólida económicamente
porque tiene el periódico, revistas, cómics, libros,
radio, todo eso. Entonces se mantenía con sus propios
recursos.
Y
los años sesenta suscribieron un convenio de cooperación
con Time-Life que fue contestada jurídicamente por ser
anticonstitucional, pues todavía la legislación
brasileña impide la presencia de capitales extranjeros
en los medios de comunicación. Es un tema que se está
discutiendo ahora, pero todavía no es permitido. Y esta
asociación de Globo con Time Life fue contestada y prohibida.
El gobierno militar trató de deshacer ese contrato que
había sido aprobado por el Ministerio de Justicia, porque
era un contrato de cooperación técnico-comercial.
Ellos asimilaron la manera norteamericana de producir televisión.
Y entonces la televisión empezó a tener éxito,
ya adaptados los formatos norteamericanos. Algunos de esos profesionales
después se quedaron en Globo. Eran norteamericanos que
vinieron a Brasil y aquí se quedaron. También
hubo importación de profesionales que venían de
Cuba, como Gloria Magadan, la gran novelista.
La
empresa ha hecho inversión en calidad, no ha hecho improvisación
como ha hecho la mayoría de las empresas nacionales.
Y
al mismo tiempo también ha tenido una estructura empresarial
en el sentido del mercadeo, de trabajar con las técnicas
modernas de mercado. Esa es su gran inversión tecnológica.
Han tratado de prepararse para este siglo que comienza. Tiene
una tecnología extremadamente sofisticada. Es una empresa
que ha crecido con sus propios recursos y ha vencido a las demás
por su competencia. Se acusa mucho a Globo de ser el soporte
del régimen, pero su preocupación es estar bien
con la audiencia.
MN: ¿"Estar bien con la audiencia" significa
ceder?
JMM:
Muchas veces sí. Hay momentos en que dejan de lado ciertos
principios de control de calidad y llegan a lo grotesco. Pero
lo corrigen. Es lo que tenemos de mejor calidad en el país.
Las otras son peores, en el sentido del populismo. Porque juntamente
con la Globo tiene la franja de consumidores del país.
O sea, las otras televisoras se dirigen a las capas más
bajas de la población que todavía consume productos
muy populares.
La
Globo es de las clases media, media alta y las elites. Y como
empresa es una empresa muy fuerte en negociar con el gobierno,
los presidentes todos tratan de dialogar con Globo. Hay una
especie también de mito, hay mucho mito en torno en torno
Globo y nunca se ha hecho una investigación rigorosa
para saber hasta qué punto llega este poder que tiene
Globo.
MN: En los últimos tiempos circulan libros con Homo videns,
que examinan la cuestión del poder...
JMM:
Bueno, yo creo que el de Sartori es un libro nefasto. Hay que
considerarlo como un europeo, como alguien que mira la imagen
en la sociedad literaria europea, con fuerte tradición
literaria europea. Yo creo que esos conceptos no sirven para
América Latina. Son conceptos distintos y América
Latina es un continente de cultura oral. Todas nuestra tradiciones
han sido difundidas por la oralidad desde los aztecas, los mayas,
los esclavos brasileños.
Es
distinto. La imagen tiene una capacidad de movilización
intelectual en la medida en que es espejo de la realidad, sobre
todo cuando tiene belleza, cuando tiene impacto estético.
Pienso que los latinoamericanos somos capaces de manejar bien
esta imagen televisual, videográfica, que los europeos
nunca han dominado. Creo que la imagen europea no le ha dado
mucho a la inteligencia porque es fea muchas veces, poco ágil
u poco emotiva. Sin emoción no hay aprendizaje.
MN: ¿Cree usted en la televisión, a pesar de Sartori,
a pesar de su poder fuera de control en un mundo globalizado?
JMM:
La televisión en una especie de espacio dominante de
las poblaciones. Lo que no pasa en la televisión no pasa
en la vida. Entonces tiene en ese sentido un cierto peligro
de reducción... Hace que la gente descuide la vida como
es, que sea la vida lo que pasa en televisión. Pero ese
es un problema un poco más grave cuando se desinforma
y se maleduca a una población. Por ello yo atribuyo importancia
al proceso de mejoramiento de la televisión, de la educación
a los pueblos. Cuanto más conocimiento tiene un pueblo,
más crítico se torna y menos esclavo de un medio
como la televisión.
Es
que la televisión es un espacio de bienestar para la
población que no tiene nada más que comer y dormir.
Y entonces se divierten, se informan. Sin televisión
no tendrían felicidad. La felicidad muchas veces, para
ellos, se reduce a la televisión.
MN: ¿Cómo habría sido el mundo en los últimos
50 años sin televisión?
JMM:
Muy aburrido. Será un mondo algo cercado a ciertos pueblos
viejos de Europa donde la gente vive como si estuviera en los
siglos XVII y XVI. Creo que el cine, la fotografía, la
televisión han provocado una evolución cultural
inmensa y tiempo, del espacio; han hecho al nombre un poco más
participativo, más creativo.
MN: ¿ Qué va a pasar con la televisión?
JMM:
No sé. No puedo contestar porque Internet es todavía
un fenómeno muy restringido a capas más bien favorecidas
de la sociedad, los que tienen más cultura, los que tienen
más dinero y todavía no llega a la población.
Brasil hoy tiene solamente ocho millones de internautas para
una población de la 170 millones de habitantes. Ni siquiera
el diez por ciento de la población. Es difícil
hacer previsiones porque todavía no hay datos suficientes.
Si yo utilizo las categorías históricas para analizarlo,
yo diría que nada va a ocurrir con la televisión.
Como
había dicho Paul Lazarsfed en los años veinte
sobre los medios de comunicación, un medio trata de desplazar
al otro, éste se adapta y coexisten pacíficamente.
O sea, el principio de todos o ninguno. O eres consumidor de
todos los medios, o de ninguno.
MN: Para concluir, permítame abordar algunos aspectos
teóricos más generales. ¿Cómo
ve los estudios de comunicación en América Latina
a principios del siglos XXI?
JMM:
Buenos, los estudios de comunicación, a mi juicio, están
en su mejor momento. Porque no hay gente que investiga con distintos
superando el tiempo de las hegemonías. Y eso es muy importante
porque durante mucho tiempo estuvimos confrontando una tendencia,
otra tendencia, conflictos y no había mucha libertad
de pensamiento intelectual o de creación con rigor científico.
Y este pluralismo investigativo a mi juicio está permitiendo
distintas miradas y la acumulación de más datos.
Pero
lo que yo veo más importante hoy en los estudios de comunicación
es la prioridad empírica. O sea, estamos saliendo de
la especulación, del ensayismo puro y avanzan cada vez
más los estudios empíricos. Hay que mirar la realidad,
confrontarla, revalidarla y volver a mirar, verificar cuáles
son las contradicciones. Y las nuevas generaciones están
un poco en eso.
MN: Por muchos años se ha hecho sentir la influencia
de la teoría de las mediaciones de Martín Barbero,
a partir de la cual hemos observado numerosos enfoques e interpretaciones...
JMM:
Yo creo que han sido modismos. La mirada de Jesús Martín-Barbero
es una mirada muy importante, pero una cosa es la mirada inteligente
de Martín-Barbero y otra cosa es el uso que hacen de
su perspectiva teórica. Muchas veces se han cometido
grandes tonterías, que la gente hace investigación
de la recepción por hacer de la recepción o porque
Martín Barbero dijo que hacía falta. Pero Barbero
nunca ha dejado de ver que el proceso de comunicación
es un proceso más amplio.
Y
yo creo que ha tenido ciertas disfunciones, a mi juicio. Imaginar
que todo se reduce a las mediaciones, a mi dejar de lado muchas
veces la comprensión de los procesos de producción,
lo que precede la mediación. Porque la mediación
es la apropiación del mensaje y de los productos por
parte de las audiencias. Barbero en realidad ha sofisticado
un poco más y ha dado un paso adelante a la teoría
de los usos y gratificaciones.
MN: La escuela crítica de Francfort, el funcionalismo
y otros enfoques teóricos parecen por momentos olvidados,
o superados con suele decirse en el ámbito académico.
¿Constituyen los nuevos paradigmas una negación
total del pensamiento precedente?
JMM:
Yo creo que los conceptos teóricos siempre hay que buscarlos
y ubicarlos históricamente. La historia es la madre de
la vida. Pero tomarlos en su ubicación histórica.
Por ejemplo, ¿qué es la Escuela de Frankfurt?
Es una escuela de intelectuales perseguidos por el nazismo,
muchos de ellos judíos, exiliados, que tenían
traumas tanto en relación al incremento del nazismo,
como al incremento del autoritarismo del comunismo en la Unión
Soviética. Su infundido un poco de este pesimismo que
se ha transformado en pesimismo militante para las falta de
esperanza. Y han influido un poco de este pesimismo que se ha
transformado en pesimismo militante para las nuevas generaciones.
Pero
hay categorías que son importantes en sus contribuciones.
Siempre hay que retórnalas, paro no tómalas como
verdades absolutas. Tanto la escuela de Francfort como todas
las corrientes, hay que retomarlas históricamente. El
funcionalismo ha sido tal vez la corriente más crítica
que hemos tenido, aunque sea acusada de conservadora. Tomar
el funcionalismo como si fuera la verdad absoluta es una tontería.
Hay que combinar estas miradas todas. Por eso considero que
existe una mirada latinoamericana, que hay una escuela latinoamericana
que ha mezclado todo eso.
MN: ¿Qué rasgos distinguen a esa escuela latinoamericana?
JMM:
Primero, la mezcolanza teórica a través del uso
de categorías del funcionalismo y de la escuela crítica.
En segundo lugar la combinación de los métodos
cuantitativos u cualitativos. O sea, trabajar al mismo tiempo
con cantidad y calidad. Y en tercer lugar lo que la distingue
es que es una escuela transparente en el sentido de la intervención
pública, porque la escuela funcionalista era una escuela
al servicio del mercado y de las empresas; la escuela crítica
era una escuela que no quería ensuciar las manos con
los movimientos obreros; y la escuela latinoamericana tiene
una posición de intervención para el bien común,
el servicio público. O sea, que ha generado políticas
racionales de comunicación.
MN: ¿Y los estudios culturales?
JMM:
Los estudios culturales son producto de lo que yo llamaría
una disidencia de la academia. O sea, ha sido una tentativa
de los humanistas de tomar ciertos temas que antes eran peculiares
a los literatos, a los artistas y han tomado muchas veces como
privilegio los medios de comunicación, como objetos privilegiados.
Los estudios culturales tienen varia etapas. La primera etapa
es este grupo de los clásicos europeos, británicos.
Que
en realidad es una mirada sobre la cultura de las clases obreras
y qué hacían las clases obreras con los medios
de comunicación. Pero después han venido muchas
distorsiones con la introducción de variables como la
sexualidad y ha convertido en una escuela muy llena de distorsiones
que no son científicas. Sobre todo la militancia política
ha superado el rigor científico y han perdido la credibilidad.
Los estudios culturales llegan a América Latina como
todas las modas, importados. A la América Latina le gustan
muchos los modismos. Importa y después busca otros. Y
ya están en proceso de declive.
*Pensamento
Comunicacional Latino-Americano
Revista digital editada pela Cátedra UNESCO/UMESP
PCLA - Volume 4 - número 4: julho/agosto/setembro 2003
Fonte:
Livro: Televisión Bajo Palabra - poder, pasión
en la TV Brasileira
Mario Nieves, Universidad Regiomontana Monterrey.
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